
- Una chica tiene derecho a soñar.
Enarcó las cejas.
- Sueñas con convertirte en un mounstro?
- No exactamente - repliqué. Fruncí el ceño ante la palabra que había escogido, en verdad era eso, un mounstro - Mas bien sueño con poder estar contigo para siempre.
Su expresión se alteró, mas suave y triste a causa del sutil dolor que impregnaba mi voz.
- Bella, - sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios - yo voy a estar contigo.. ¿No basta con eso?
Edwar puso la yemas de sus dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa.
- Basta por ahora.
Torció el gesto ante mi tenacidad. Esta noche ninguno de los dos parecía darse por vencido. Espiró con tal fuerxa que casi pareció un fruñido.
Le acaricié el rostro y le dije:
- Mira, te quiero mas que a nada en el mundo. ¿No basta con eso?
- Si, es suficiente - contesto sonriendo. - Suficiente para siempre.
Y se inclino para presionar una vez mas sus labios frios contra mi garganta.
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